lunes, 7 de abril de 2014

Cuento sufi. No sabemos y juzgamos. Mejor, pues, confiar.


Cuento sufí. No sabemos y juzgamos. Mejor, pues, confiar.

El único sobreviviente de un naufragio llegó a una deshabitada isla.

Pidió fervientemente a Allah ser rescatado y cada día divisaba el horizonte en busca de una ayuda que no llegaba.

Cansado optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos y guardar sus pocas pertenencias.

Entonces un día, tras merodear por la isla, en busca de alimento regresó a la cabaña para encontrarla envuelta en llamas con una gran columna de humo levantándose hacia el cielo.

Lo peor había ocurrido; lo había perdido todo y se encontraba en un estado de desesperación y rabia.

-¡Oh Allah!, ¿cómo puedes hacerme esto?, -se lamentaba.

Sin embargo al amanecer del día siguiente se despertó con el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Habían venido a salvarlo.

-¿Cómo supieron que estaba aquí?, -preguntó el cansado hombre a sus salvadores.

-Vimos su señal de humo, -contestaron ellos.

Es muy fácil descorazonarse cuando las cosas marchan mal. Recuerda que cuando tu cabaña se vuelva humo, puede ser la señal de que la ayuda está en camino

A veces, estamos sin trabajo, estamos enfermos, dejamos una relación... quizás sean señales de humo, quizás. 
Si pensamos y sentimos así, en lugar de ver oscuridad, abrimos una brecha de luz, una brecha de esperanza. 

Si no sabemos, mejor, pues, confiar en la vida.


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