miércoles, 16 de abril de 2014

¿observas o interpretas?







Muchas veces ante un hecho, hacemos interpretaciones. Cómo si fuéramos un adivino con su bola de interpretar la realidad sin tener muy en cuenta los hechos objetivos .

Ejemplos:

1. Un amigo no me llama y me dijo qué me llamaría ayer... Esto es un hecho observable.

La interpretación puede ser:
Algo le habré hecho y ahora no quiere ser mi amigo.
Seguro que debe de estar en el hospital, le debe de haber pasado algo grave.
Me está castigando por algo que le dije... y así hasta el infinito.


2. No encuentro pareja. Hecho observable, ahora no tengo pareja.

Interpretación:
Claro, como que soy feo, fea, nadie quiere estar conmigo.
Tal como está el mercado... no hay nada potable...
Tal como me ha ido el pasado, seguro que siempre estaré solo/sola


3. He conocido un chico/chica y me ha dado el número de móvil.

Interpretación:
Seguro que me casaré con él/ella. Seguro que le gusto mucho
Me ha dado el número para quedar bien. Seguro que no quiere nada de mí, ¿cómo se puede fijar conmigo?


Si prestamos atención a nuestro día a día, veremos que estamos constantemente interpretando cosas que realmente no sabemos. Y generalmente son interpretaciones que nos hacen daño.

¿Qué podemos hacer, pues? Tenemos diversas opciones:
Profundizar en la realidad.
Si no sé nada del amigo, puedo llamarlo yo.
Si no tengo pareja,puedo salir más y ver qué pasa.
Si he conocido alguien, para saber más, tendré que salir con esta persona y observar cómo me siento, en lugar de interpretar desde casa.

¿Observar o interpretar? Tema delicado. Si interpretamos mucho, podemos acabar creyéndonos cosas que no son.


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